Después de alucinar y dos días sin dormir…

Hace tanto que no escribía…

 

Esta cuarentena me está haciendo reflexionar bastante.

Durante el tiempo en el que vivíamos lejos del toque de queda, esta sería la hora en la que estaríamos empezando a vivir “el día” y recalco aquella frase ya que la vida es nocturna. En el trabajo tenía tantos amigos que me hicieron pasar tiempos tan bonitos, así mismo esta cuarentena me está enseñando que todas esas personas son falsas. Se desvanecieron tal como el humo de un cerillo.

Pero hay una persona de la que quiero hablar esta noche. Realmente no la conozco muy bien pero puedo improvisar al respecto. ¿Alguna vez han sentido que no es el momento correcto para hablarle a alguien que les llama la atención? Sonará muy estúpido. Esta chica no sabe de mi existencia, pero la miro todos los días y algo tiene que me vuelve loco… Su sonrisa es tan bella, su voz es agradable como el sonido de una cascada. Su cabello es largo y lacio. Mis manos se sienten totalmente atraído a ellos como si de un imán se tratara. Pero esto es peligroso, no puedo atreverme a hablarle porque no estoy preparado.

Te lo diré aquí porque sé que encontrarás este escrito, persona anónima.

Los sentimientos no se pueden callar y gritan cada que apareces. ¿Has visto la reacción entre el fuego y la gasolina? Esta en seguida se enciende, pero no explota. Así mismo cuando apareces, mi corazón se enciende y calienta todo mi cuerpo, mi vibra se hace aún más grande por querer hablarte. Se que tampoco te encuentras lista, pero siento que cualquier día es uno menos para al fin escuchar tu voz y sentir que tu saliva se seca por mí.

¿Me vas a ignorar como los demás?

Sostén mi mano y corramos juntos, miremos este campo floreciente porque será lo último que miremos. Respira y cierra los ojos, no vas a tropezar porque enseguida mis brazos te recibirán. ¿Tenías miedo que esto no fuera real? Porque algo que es irreal para mí es que una persona tan bella como tú este entregándome su corazón en este momento. Tanto tiempo esperé para poder alcanzar tu frente y darle un beso, para sonreír después de haber llegado a tal hazaña, como si de conquistar el pico de una montaña se tratara. Sí… Tuviste un horrible pasado al lado de alguien que no supo valorarte, pero ¿y qué? Las heridas van sanando y yo sonrío por cada día que pasa. Estamos vivos y no nos queda más que estar felices de ello. Vayamos a recorrer este mundo, pero no sueltes mi mano porque vamos a volar, y vamos a hacerlo muy alto solo que esta vez no vas a caer porque estás conmigo… Tu momento de sufrir ha terminado. Yo tampoco soy un dios, pero admito que esta vez quiero quedarme con una diosa, y esa diosa eres tú.

Espero puedas entender la magnitud de estos pensamientos porque no nacen todos los días y mucho menos se reproducen en letras por cualquier persona. Solo quiero agradecer al mundo una nueva oportunidad de ser feliz y gritar tu nombre. Sí, esa sonrisa es la que amo ver, tan coqueta y seductora. Mordiéndote los labios, me vuelves loco. Que dulce aroma sin duda el de tu cuerpo cuando me abrazas. Juro que esta vida no se me va a acabar mientras tu estés a mi lado.

Sostén este par de girasoles, son para ti.

 

Deja un comentario